Colores

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Molina Campos

O Mostrengo

OLGA OROZCO:

"Para nadie la culpa ni para mí el castigo."

(Himno de alabanza.)

sábado, 28 de agosto de 2010

Palabras de Mónica Muñoz en la presentación de El Vecino, de Elsa Pfleiderer

Buenas noches.

Comenzaré mis palabras de hoy con el fragmento inicial de una de las mejores páginas escritas en la historia de América, me refiero a NUESTRA AMERICA, el potente artículo que José MARTÍ escribiera en enero de 1891.



Dice asi…

Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima,

ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos.

Trincheras de ideas valen más que trincheras

de piedra.

Este texto de Martí aparece publicado en México el 30 DE ENERO DE 1891



Venado tuerto fue fundada en 1884, aunque muchas veces me inclino a pensar cómo Borges en” Fundación Mítica de Buenos Aires”-

“ A mi se me hace cuento que empezó Buenos Aires: la juzgo tan eterna como el agua y el aire”

Los escritores somos –a veces- como los ladrones dibujados en ciertos cómics, tengo esta imagen: cara con antifaz, ojos remarcados, miradas expresivas – se ubican?

Bien, remonto la idea: los escritores somos a veces como los ladrones dibujados en los comics, que entran por altas ventanas, con increíbles peripecias y revuelven en todos los cajones y los roperos para encontrar la joya valiosa –que casi siempre se representa como un jugoso collar de perlas- y cuando la encuentran nos la muestran con cara de triunfo----



Los escritores revolvemos en la biblioteca universal, en la realidad, en la historia, vaciamos el closet siempre buscando nuestro collar de perlas. Somos ladrones ficcionales. Cuando escribimos desenlazamos el límite entre ficción y realidad y revolvemos, buscamos, prestamos oídos a nuestro escritor maldito interno, atravesamos el tiempo como si no tuviéramos más materia que la idea que perseguimos, vamos a oscuras con una linterna pequeñita pero más iluminadora que una lámpara de 200 watts. Y así vamos construyendo un relato literario.

O el relato nos precede y solo somos el cuerpo puesto para hacer la letra posible?....



Vayamos a la obra que nos convoca esta noche: El Vecino.Una memoria interdicta. Elsa trabajando afanosamente durante dos años y medio –los contados, se me ocurre que ya escribía desde antes de sentarse frente a su computadora- - para encontrar su collar de perlas. Y lo encontró, y nos lo muestra , lo pone en escena feliz, ha triunfado. Comparto con alegría su felicidad. Y podríamos dejar acá…pero, hay más…muchos más para decir de EL VECINO, como obra literaria.



Una de las líneas que vertebra este relato es LA HISTORIA, la que ha decir de Pigna : sigue en pie como fuente de sabiduría de la que siempre se puede aprender. La historia de Venado Tuerto, en nuestro caso. La escrita formalmente, la que anda por los corredores de boca en boca, la que encontramos en la tierra que no habla, pero si habla para aquellos interesados en oir.

Toda Historia está construída de arbitrariedades y omisiones.

” A decir de Nicolás Rosa: lo que se dice y lo que se escribe (pero también lo que se escucha) sólo puede definirse en función de lo que no puede decirse o escribirse en una sociedad determinada. Los tabúes y censuras discursivas marcan el lugar de los discursos pero también su exclusión…el discurso narrativo elabora retóricas para intentar salvar estos escollos”. Y así arribamos a la idea del enunciado de Elsa: memoria interdicta, susceptible de ser leída también como historia interdicta, entredicha, susurrada, que circula por los corredores, o en las sobremesas de domingo de antiguas familias,. Arribamos a esta idea, decía, no ya para explicar las ausencias en el texto de Hunn, sino para empezar a ubicar que el relato de Elsa, por ejemplo, como tantos otros, son las piezas ocultas que encontraron su modo de aparecer desplegadas, evitando de una vez y para siempre la tierra de las sombras.

Y pensar también, que nuestra historia argentina está hecha de arbitrariedades y omisiones, dolores callados, sangrantes que aún esperan en las sombras que alguien se atreva a contarlos. Lo que aumenta el valor de la obra de Elsa es que –con su laborioso rescate, laboriosidad quizás heredado del tesón de su abuelo Whilehm- logra poner en escena ante todos un fragmento desconocido de nuestra historia ciudadana.

Para ello, nuestra autora, debió recurrir por fuerza a la ficción. Historia y literatura. La literatura como motivación, como impulsión, todo deviene literatura, nos dice acertadamente Nicolas Rosa. En nuestro caso, la historia de Whilehm Pfleiderer y su familia, y todos los sucesos que posibilitaron el nacimiento de nuestra ciudad, devinieron literatura.

Y atravesando ambas ,Historia y literatura, lo literario, pero lo literario pensado en términos de insistencia, de discurso que siempre dice más que otros discursos.

Historia y ficción. Retomo estos conceptos que parecen contradictorios, no? Necesitados de ser autorizados para ser creíbles. En nuestro caso podemos ubicarnos para iluminar la cuestión en las experiencias de Jorge Semprún que cuenta en su libro LA ESCRITURA O LA VIDA. El autor español estuvo detenido en el campo de concentración alemán en Buchenwald hasta el final de la guerra. Cuando la guerra termina, en momentos en que llegó la desmovilización –y aún dentro del campo esperando para ser repatriado charla con otros acerca de: cómo transmitir la cruel experiencia vivida y ser escuchados, comprendidos.

-Hay que contar bien para ser escuchado. No lo conseguiremos sin algo de artificio, conjetura Semprún, el artefacto suficiente para que se vuelva arte! Como contar una historia poco creíble, como suscitar la imaginación de lo inimaginable si no es elaborando, trabajando la realidad, poniéndola en perspectiva? Pues, con un poco de artificio! El artificio de la obra de arte.

Y EN ESA CLAVE LLEGAMOS A El Vecino. Lo ficcional, lo artificial es necesario para contar la verdad esencial, transmitir la historia de la familia de Whilelm Pfleiderer, aquel inmigrante alemán, vecino de Hunn, que participó con toda su familia en la construcción de nuestra ciudad. Todo deviene literatura.

Para ir cerrando, felicito a Elsa Pfleiderer por la escritura de El Vecino y los invito a leerla, disfrutarla, hacerla circular.

Me iré como vine, con palabras de JOSE MARTÍ :

NO HAY PROA QUE TAJE UNA NUBE DE IDEAS.

por Móncia Muñoz.

domingo, 22 de agosto de 2010

El niño y el hombre

‘The Child is father of the Man’
Wordsworth

el niño es el padre del hombre
el niño es niño
y el padre sólo es padre
cuando nace el niño

el niño es el padre del padre
y sólo siendo niño
el hombre se hace hombre
y el padre se hace niño

el padre es el hijo del hombre
y el hombre es hijo del niño
el niño es el padre del hijo
y el hombre siempre es niño

por Carolina Weller
Poetisa argentina nacida en General Pico, actualmente reside en Junín. Ha escrito tres libros de poesía y dos novelas. Entre los primeros se destaca "El anochecer de los sueños" (Premio Nacional de Poesía 1989), su segunda novela "Espírtu indomable" (Ediciones del Toro, 2007), recibió un premio en México. Su temática, tanto en la novela como en la poesía, gira siempre en torno al alma masculina.

sábado, 7 de agosto de 2010

mi sombra que no cambia

mi sombra que no cambia
mi sombra que no envejece
no se le notan las arrugas al costado de los ojos
ni tiene los párpados caídos ni la papada floja
a esta hora del día
mi sombra es siempre igual
un contraste con la luz del sol
un azul profundo e irrepetible
mi propia forma en el vacío infinito
el oscuro presagio de lo que dejo de ser



mi sombra es siempre igual
incluso en la noche
cuando se disimula entre las otras sombras
cuando se pierde entre la luna clara y el naranjo blanco de azahares
cuando se disuelve instantánea tras el rayo y el refucilo


mi sombra no envejece
no le tiemblan las piernas ni se mancha la ropa
apenas si en ocasiones se pone un poco más delicada
un poco más mimosa
más ténue y transparente
como los cristales esfumados
o el vapor de la tierra virgen
a veces
cuando se disuelve en la pesada bruma del invierno
se le desdibujan los contornos
se le difuminan los límites
se hace una con la niebla dulcemente
y se deja acaraciar por ella
pero sólo a veces
Juan Ignacio Prola

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