por Mónica Muñoz
El pie derecho el acelerador el ojo en el rojo urbano
expectante el ojo en las luces en las ventanas disparado en la noche
mira el corazón el desamparo durmiendo bajo los diarios el niño golpeando emociones con su mano de moneda el dolor atado al cinturón de seguridad
las manos en el volante luz verde que impulsa el sentido las ruedas quebrando hojas el pavimento extenso que se rotula real infinito hasta el cruce de calles aristas barradas por el blanco la línea amarilla carrilea se dispara del ojo pide un esfuerzo pero cómo como si la lluvia velada en la lágrima si el intenso corazón acelera fogoneado puesto en duda si la masa interna se vuelca en el freno impotente pegando la goma masticada plástica la lata el nylon en una marca indeleble bajo el ojo del guardián de calle de tránsitos que mira fluor y no ve.
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