Colores

Colores
Molina Campos

O Mostrengo

OLGA OROZCO:

"Para nadie la culpa ni para mí el castigo."

(Himno de alabanza.)

Alas de gaviota - Dossier n° 3

A continuación reproducimos el Dossier N° 3 del próximo número de ALAS DE GAVIOTA



NADIE SABE NUNCA LO QUE SE RESUELVE EN LA PAMPA
“Ensayista es quien puede decir, como Kafka: “no escribimos según lo que somos: somos según aquello que escribimos”. Lo importante aquí es el uso del plural: ensayista es el que sabe que nunca escribe solo (y su soledad consiste en saber eso) porque su escritura es la que permite también que se escriba –que se inscriba- el autor con el cual “ensaya”; para un ensayista leer no es escribir de nuevo un libro: es hacer que el libro sea escrito, “aparezca”.(1)

“La mayoría de los libros que citamos son libros que amamos (a veces, por razones secretas o perversas). Poco importa que unos sean muy conocidos, otros poco conocidos y otros olvidados. Sólo quisiéramos citar con amor. No pretendemos constituir una Suma o reconstituir una Memoria, sino más bien proceder por olvido y sustracción, hacer así un rizoma, hacer máquinas sobre todo desmontables, formar medios que dejen un momento sobrevivir ora esto, ora aquello: cuadernos desmenuzables en las sopas. Mejor aún, un libro funcional, pragmático: escoged lo que queráis.”(2)

Construir un relato acerca de la literatura de mi ciudad, Venado Tuerto, me ha llevado por diferentes caminos, dichos, géneros, entredichos. Me convertí -sin quererlo- en una intrusa. Una entrometida en las palabras de los otros, en sus bables, en sus vidas. Toqué timbres y estornudé entre hojas amarillas. Fui bendecida por las actitudes solidarias de muchos que me acercaron libros, relatos, material para investigar, palabras de estímulo, apoyo económico. Tampoco me faltaron -ni me faltan- buenos profesores, guías críticos en la construcción a los que por supuesto agradezco y libero de responsabilidades.

Componer, escribir, ensayar, errar, errare, errancia. Cuál si no la condición de la escritura, de la creación literaria? Un constructo conteniendo muchas líneas subterráneas, inadvertibles a simple vista o mejor dicho, a simple lectura. Materia pura para construir otro relato, futuro. Cuento de nunca acabar.

Hoy acerco en este dossier un esbozo, un breve fragmento de la composición del mapa construído. Un ensayo que reconoce la pretensión de final para volver a constituirse en una nueva y futura escena literaria. Cuento de nunca acabar.

El ensayo alienta el pensamiento por venir, la palabra que necesita aparecer. Esa palabra que pertenece a la comunidad, al lector que continuará el relato cuando cierre el libro o cuando repita el gesto de pensar en el instante en que abandone la letra escrita para distraerse en un recorrido propio. Y así -sin querer- crear un nuevo gesto literario.

El ensayo pues: su diferencia con la “ciencia literaria” es que no se propone, al menos a priori, restituir ningún origen –ni el Autor, ni el Código, ni el Sentido- ni tampoco anticipar ningún Destino, sino constituirse como testimonio de ése acontecimiento por medio de la escritura”.(3)

La mirada sobre la letra escrita bajo el influjo de un determinada territorialidad arma un mapa de entradas múltiples, trama heterogénea con increíble-imposible de prever- cantidad de enlaces y derivaciones, una composición que crece, no se sujeta a ninguna encadenamiento fijo, que tiene sus líneas de fuga, movimientos de desterritorialización y de desestratificación. En nuestro caso, tomando la producción literaria de Venado Tuerto -provincia de Santa Fe, República Argentina- de autores nacidos o que eligieron éste lugar para vivir, o bien que emigraron de él en algún momento, voy armando un mapa literario con un modo de mirar que reconoce en el trazado rizomático una forma constitutiva genuina en tanto trama configurada con sus planos, conexiones múltiples e impredecibles. Trama que por si misma elude clasificaciones, genealogías en el sentido de árbol. Que se advierte con sus planos, conexiones, heterogeneidad, como eslabones semióticos conectados a otros. “un eslabón semiótico es como un tubérculo que aglomera muy diversos actos, lingüísticos, pero igualmente perceptivos, mímicos, gestuales, cogitativos” (4)

Siempre en la búsqueda de un análisis de los gestos literarios vinculados con esta tierra que no se cierre sobre si mismo, reduciendo su ser, su aparición y sí promoviendo su su lectura y actualización. Análisis que respeta el profundo sentido de lo literario, discurso que siempre dice más… “la literatura dice lo que dicen otros discursos pero dice mas”….“Lo literario es el enunciado que también resiste las puestas discursivas y los dispositivos de los arcaísmos y de las novedades, de los aparatos de equilibrio de los niveles discursivos, de las concretizaciones dóxicas y de los estereotipos sociales que aparecen como exceso de la significación que tarde o temprano operará contra la hegemonía discursiva” (5)

Entiendo por gestos literarios a todas las manifestaciones escriturarias que aparecen motivadas por cualquier estímulo o suceso en distintos territorios (político, social, económico, geográfico, etc.) pensándolo en el mismo sentido que promueve Nicolas Rosa cuando plantea en Usos de la literatura: “todo, a la postre deviene letra, desde las charlas de sociedad, los registros parlamentarios de lo político hasta las formas de los rituales ciudadanos. Todo deviene literatura”

El mapa literario compuesto para éste dossier contiene omisiones que no deben asociarse con la idea de exclusión. Primero por la natural imposibilidad de conocer y decir, referenciar toda la caudalosa y plurivalente producción literaria existente al presente. Segundo por tratarse de un dossier con un espacio físico limitado. Pero además, porque en el mismo carácter enunciado al principio de este trabajo en la idea misma de ensayo-rizoma habita la imposibilidad de finalización, de conclusión, y el tejido reticular reconoscible en la lectura solo admite suspensión para así dar lugar a nuevas, valiosas y múltiples lecturas-escrituras.

Existe en el análisis y las interpretaciones del material literario cuidado, amor, respeto por los autores y su obra; una intención de sumisión ante la letra que puede pensarse en los términos de Eco cuando nos habla de interpretar: “ alineémonos primero con el esclavo. Es el único modo de llegar a ser, si no amos, al menos sirvientes respetuosos de la semiosis.”(6)



La letra de la sangre

A continuación expongo en forma hilvanada, tres textos: 1) Parte de guerra de una batalla sangrienta sucedida en las cercanías del fortín Loreto, de diciembre de 1838, confeccionado por el Comandante Juan Pablo López.2) Fragmentos del poema narrativo Cantata del Sur Santafesino de la poeta venadense Mirley Avalis, editado en el año 2005,.3)” Poemas de la tierra” pertenecientes al libro “El fuego Inteligente” de Ricardo San Esteban editado en 1988.

El parte de guerra se transcribe completo, en forma textual y pertenece al libro editado en el año 1933, “Reseña de Venado Tuerto” de Eduardo E. Huhn, un inmigrante alemán que se radica en nuestra tierras en 1889.

Eduardo E. Huhn,, respondiendo a un mandato de la Honorable Comisión de Fomento, investiga para determinar la fecha de fundación de Venado Tuerto...” a los efectos de que pueda determinarse el día exacto en que deba celebrarse el próximo cincuentenario del mismo”(7). Finalizada su investigación el 13 de noviembre de 1932 pone a consideración de un grupo de vecinos los resultados “para estudiar y deliberar acerca de la fecha de fundación de Venado Tuerto”(8) Y luego, ya en 1933 edita Reseña de Venado Tuerto, primer relato histórico cronológico sobre nuestra ciudad, editado en formato libro en la Imprenta Amorrortu de Buenos Aires.

En una intención de transformación, progreso nacional se acicala con crueldad nuestra pampa argentina, mediante guerras, exterminio sistemático de indígenas, apropiándose de sus tierras y reduciendo a su mínima expresión a los pueblos originarios. Había que borrar del mapa a los salvajes que asolaban la campaña. Estas acciones generaron escritura como se verifica en el parte de guerra que se transcribe, y mucho después, literatura, como es el caso de los poemas de Avalis y San Esteban. Es la sangre de los caídos la que habla en la producción de estos autores venadenses. Es la poesía –en este caso- la que todo el tiempo actualiza lo ocurrido, impide el olvido habilitando el conocimiento y la reflexión de las generaciones posteriores.

El exterminio indígena está hablando todo el tiempo y en distintas formas recuperado por autores locales, -narradores, historiadores, poetas y ensayistas- ya que es vastísima la producción literaria al respecto siendo materialmente imposible referirlo todo en este dossier, por lo que pongo en esta escena parte de la poética de estos dos autores, prolíficos investigadores a su vez, que escriben en distintos registros y géneros.

Mirley, se radica en nuestra ciudad y aún sigue escribiendo preocupada por las cuestiones de la tierra y nuestra historia, habiendo configurado una valiosa obra entre poesía, prosa e historia que lleva la poco habitual cantidad de 50 libros editados desde 1960 a la fecha.(ver ficha técnica)

Ricardo San Esteban, habitante por bastante tiempo de nuestra ciudad, reconocido nacional e internacionalmente por su producción literaria, creador allá por el 55 de la revista literaria elipse, refiere… “comienzo a reflexionar y pienso en una poesía que sin ser burda, sin ser una cosa chabacana, registre los tonos de voz de nuestro pueblo” y más adelante, en el mismo reportaje....”Ha cambiado ( se refiere a su poesía presente) es una poesía más cercana a las raíces telúricas nuestras buscando la tradición que existe desde mucho tiempo atrás, sin desconocer lo que pasa a nivel internacional, las corrientes nuevas y este florecimiento de la poesía nuevamente”(reportaje de la autora editado en la revista Juglaría N° 10) (ver ficha técnica del autor).

Palabras del Comandante López

Al gobernador propietario de la Provincia. ¡Viva la Federación! Rosario y Diciembre 25 de 1838. Año 29 de la Libertad, 23 de la Independencia y 9 de la Confederación Argentina. AL Exmo. Señor Gobernador Int° Comandante Gral de Armas, Coronel D. José Ramón Mendez.

“La fortuna hasta hoy presede mis pasos, y en los campos del Fuerte Loreto hemos recojido el 22 de éste a las 2 de su tarde los laureles de la victoria escarmentando a los Bárbaros del Sur de modo ejemplar,

Están vengadas las víctimas inmoladas por el bien de su Patria el 11 de Nob” ppdo en el Hinojal. El 18 del corriente como a las 8 de la mañana fui instruíido por repetidos avisos que los Salvajes en número de mas de 1000 hombres habían invadido nuevamente este Departamento en tres trozos o divisiones de los que uno se dirijió sobre la costa del Carcarañal, otro por las Chacras y el último por el punto de la Orqueta, y que no solo asolaban la campaña llevándose como un torrente, con la impetuosidad que acostumbran cuantas haciendas encontraban, sino que dejaban en pos de ellos, la desolación, el espanto y la muerte. En tal conflicto dicté mis órdenes con la rapidez que reclamaban circunstancias tan apuradas, y a las doce me halle en aptitud de marchar, como lo hice. Tal era el entusiasmo, ardor y decisión de todos los hombres. Forcé mis marchas y después de haber sufrido una horrible tempestad de viento y agua copiosísima, llegué el 20 a la Guardia de Melincué, cuyo comandante capitán D. Juan Ugarte arrebató con una pequeña partida, doscientos caballos que tenían de reserva los Bárbaros en la Laguna de los Leones.

Emprendí de allí mi marcha el 21, y en las inmediaciones del Pedernal, me reuní al Coronel D. Ilario Lagos, que desde Roxas había venido en mi auxilio con cuatrocientos veteranos y cien milicianos. Seguimos marchando con todas las precauciones que dictaba la prudencia militar, y el 22 como a las once de la mañana se me avisó por mis exploradores, que los enemigos se avistaban y observaban reunidos en las inmediaciones del Fuerte Loreto.

En su consecuencia el SEÑOR Coronel Lagos con su división marchó con el obgeto de ganarles la vanguardia y cortarle la retirada como lo verificó franqueándolos por su izquierda.

Yo por el frente dividé mis fuerzas, que contaban como de cuatrocientos milicianos, en dos divisiones, la de la derecha al mando del Sargento mayor Comandante de este Departamento D.Ramón Sovayre y la de la izquierda al de la misma clase D.Pedro Pablo Moreyra; y a un mismo tiempo se cargó con la mayor intrepidez y denuedo a los bárbaros que parecían dispuestos y decididos a hacernos frente; más volvieron caras, y huyeron vergonzosamente a la vista sola de nuestro uniformes movimientos, y entonces se les persiguió y acuchilló en todas direcciones, por más de tres leguas. El resultado de tan brillante y feliz jornada ha sido, el arrancar del poder de los Salvajes el inmenso número de haciendas de todas clases que habían robado de nuestra desgraciada Campaña, matarles al Cacique Quiñimay, al Capitán Andrés Quiñimay, más de 100 Indios, y entre ellos varios Cristianos, tomarles siete prisioneros, rescatar los infelices cautivos que llevaron y escarmentarlos ejemplarmente. Siendo sensible que el pérfido y traidor unitario Baygorry que los capitaneaba según declaración conteste de los prisioneros, se salvase por la bondad de su caballo, y se evadiese del castigo a que es acreedor por sus maldades y por sus horrendos crímenes. Por nuestra parte hemos tenido un sargento y un Soldado muertos de la división de Buenos Aires y tres heridos; y de nuestra milicias, un cabo y un soldado del nùmero de los primeros, y diez y seis de los segundos; pero levemente: entre ellos el Capital D.Santiago Cardozo y el Ayudante D. Estanislao Cevallos. Tengo la màs singularcomplacencia al ver coronados nuestros esfuerzos, cumplidos nuestro votos y satisfecho el obgeto de mis sacrificios; por que indudablemente esta acciòn ha llenado de espanto y tenor a los Barbaros, producirà consecuencias muy felices y serà por consiguiente muy fecunda en resultados.

El valiente Coronel D. Ilario Lagos merece la gratitud eterna del Pueblo Santafesino a quien como V.E. felicito por el triunfo y gloria de nuestra armas. No son menos dignos de nuestro reconocimiento y consideración, los Soldados, Gefes y Oficiales de ambas divisiones, por la bravura, entusiasmo y vizaria con que se han vatido.

Dios guarde a V.E. m.s a.s. Yn Pablo Lòpez.

El Ofic..1 Mayor Intª de Gob.Calisto de Vera.

Es copia fiel de su original que obra en el Tomo 7 del Archivo de Gobierno años 1837-1838 N-5 Notas del Gobernador Propietario de esta Provincia paginas 8 y subsiguientes. Es copia fiel F.G.Barreto.

CANTATA DEL SUR SANTAFESINO – MIRLEY AVALIS



I



Primero fue el silencio

que en soledad, tejió la pampa.

Un desierto de verdes soledades

reptaba por el llano del hinojal salvaje

donde cada mañana aquel rocío

era un llano de lunas solitarias.



El aire era un pañuelo

con aroma a mística comarca:

arriero solitario sin destino,

guardián de sombras y de estrellas mansas.



Aún era una tierra sin pólvora ni acero,

sólo contaminada de azul y platería

una doncella desnuda y pudorosa

bajo la luz de las Tres Marías.



Aún era la tierra prometida

con secretas raíces y altivas cortaderas.

Mansedumbre tan honda permitía

oír de Dios marcando huellas

para el ángel de la provincianía.



II



Después fue el hombre.



Los pampas primitivos

dejaban la impronta de sus pasos

cuando el tiempo encendía

la hoguera fugaz de los ocasos

y el siglo XVIII, en filoso horizonte

vagaba su agonía.



Los días se ahogaban de misterios,

territorio sin pájaros ni canto,

ñandúes y venados huyendo de las flechas,

noches de shamanes y extrañas rogativas

y sus muertos untados de colores

como una señal de perpetuar la vida.



Pero un día de fatídico destierro

los pampas cambiaron sus caminos

buscando otros predios venturosos

para rastrillar olvidos.





III



El siglo avanzaba por líneas de fortines;

Areco, Pergamino, Mercedes, Melincué.

Desde el Carcarañá, el Gamonal, La Horqueta.



El indio en su coraje, arriaba lo robado;

botín tan codiciado, festejaba.

Aquel festín en la laguna Los Leones,

aquella orgía de alcohol en el Loreto

fue un intento torpe, equivocado

que el blanco aprovechó para ganar partida.

Manuel Baigorria, el estratega,

Del ranquel, coronel unitario,

más ranquel que ninguno entre ranculches

esta vez había fracasado.



Los cien cuerpos oscuros habitados de muerte

enfriaban la noche.

Desde el sur el aroma del hinojal hollado,

un olor a fracaso rociaba cada herida.

Un vaho gris humeando sobre el pasto

y un torrente de lanzas ya rendidas.





Andrés Quiñimay, capitanejo,

Cacique Quiñimay, ya no hay regreso.

Han quedado los ojos de los muertos mirando

hacia otro vida,

donde cada estrella vela por un hombre

descendiente criollo o raíz india.

Cada uno llevando su secreto

ignorando el destino del surco y la semilla.



No hubo una cruz de homenajes a esta memoria.

Ranqueles y soldados, hermanos y enemigos

En la verde pasión del sur santafesino.



V



La lucha ensombrecía la esperanza.

En cañada del Monte, prisioneros,

Painé Guor, Mariano Rosas,

doblegaban su arrogancia de caciques.

Oscuro se teñía el horizonte,

lejos los toldos y cerca la tristeza,

frías las lanzas de fiera arremetida

y fangosos los días de la espera.



¿Por qué huecos oscuros vagarían

tantos odios de tantas dinastías?

¿Qué sería del Gran Guor sin jefatura

perdida en la lejana toldería?

Rastrilladas oliendo a sudor de soldadesca,

la pampa codiciada con ojos de malicia

silencios que sangraban en míseros fortines

por el juego feroz de la muerte o la vida.



No aprieten más gatillos ni hagan silbar lanzas,

no obliguen a la sangre a entregar coraje

ni arrojen en funestas hondonadas

la libertad del indio y del soldado

por tantos condenada.



Y los días presagiaron historias;

El Zapallar, Loreto, Guardia de la Esquina

bajo del Pedernal, Estaqueadero,

el temible Pincén rompiendo líneas.



A degüello de sable y a degüello la lanza

Emilio Mitre con su ambición perdida;

Baigorria, Yanquetruz, Epugmer Rosas,

cacique de la Celeste Dinastía.



Crecían refriegas para sumar batallas;

la tierra regada de melancolía

y ese sueño de lluvias y cosechas

no sería posible todavía.



VI



Los malones se iban apagando.

Marchaba el indio hacia otro territorio

y el soldado en su frío desamparo.

Fue entonces que el baqueano Pablo Bargas

oyó llorar los pájaros

por el dolor de la palabra “hermano”

que se negaba en la cruz de aquel desierto

de Ancalú, Salinas Grandes, La Picasa

entre osamentas, lagunas, soledades

y en Médanos de Acha, la soledad del llano.



Y fue así…

que cubiertos de polvo y de cansancio

llegaron las carretas.

Al desnudo el pecho de los gringos

y en extraños baúles, la esperanza secreta…



Indios y criollos al ver la caravana,

algo les dijo el corazón urgente;

en unos la duda era la llaga,

en otros, tal vez, trébol de suerte.



Malones lejanos y dispersos

y mangrullo de voces apagadas;

ya se habían detenido los galopes

y en los pastos las lanzas oxidadas.



Fue entonces cuando el chasque del Hinojo

tuvo un sueño en aquella madrugada:

vio un indio detenido en el espacio

que hacia el cielo llevaba su mirada

y en su oscuro pecho color cobre,

el corazón rezaba.



Sólo colgaba una lágrima del aire,

credencial de tristeza por la raza ultrajada;

un silbo quejumbroso de lenta despedida

y una lenta elegía de calandrias.



Sudoroso el chasque despertó del sueño,

lejos vio al indio perdido en lontananza

y no fue más que un punto opaco

hasta desvanecer en la distancia.

Entonces galopó hacia el sur para buscarlo

pero se ahogó en el silencio de la nada.



VIII



El indio no dejó sellos de azadas

ni documentos de espigas;

Escapulario rebelde colgando de su dolor

De siglos y de espinas.

Sólo galopes y silbar de lanzas

Quebrando el viento

La triste realidad de aquella raza.



El soldado marcó a fusil

Las líneas de frontera;

Muchas muertes

Robaron la sangre de las venas

Regando tanta tierra con tantas agonías.

Enredos de chuzas y de pólvora

Oscureciendo el aire de la vida.







POEMAS DE LA TIERRA – RICARDO SAN ESTEBAN





i

fuimos

hijos del mar y de yndias



del acoplamiento de chinas deste sitio

con bravos y peludos porqueros



hijos

de maringotes violadores

y de doncellas desnudas del guayrá



quien esto dice y sostiene

vuelve de los barrancos

de allá en el quiloazas



bruñida es la armadura que me cubre



es un peto de yuyo colorado

una celada de maleza invasora

una lanza de caña



igual nos lastimaron

las sabandijas de la tierra

voto al chápiro

nos lastimaron

los yacarés e insectos

las maniguas y esteros



pero más nos hirió el mayorazgo

el reyno

la traición



os habla una estantigua

que nació allá por el milquinientos

en este poro de la selva



un mancebo que vino

para abrir puertas a la tierra

buscando lo seminal de su aire



recuerdo

allí estaba la venta

en auqllas esquinas bebí mis medio azumbares

y escuche consejas



aguardé carretas que venían

de ciudades nubladas donde se contaba de los

césares



y cuando la luna ardía

de cabezas de búhos

y chumbaban los perros

nos mataron



sangró desde aquel día

el quebracho

el ceibo

y el paraná ya para nada azul



hay tráfico en santa fe la vieja



ando sin sepultura

sin memoria de ustedes





los follones

mataron mis mancebos

y aún hoy os dominan



no dejéis de estos huesos

una ceniza inútil

porque mi carne viene en los trigales

y el mi cuerpo en rocío



comprended la violencia

que tiene la tierra en estos sitios



II

iba con las primeras luces

aquellas que no son ayer ni todavía mañana



iba



un aire diferente envolvía mis manos

un aire como a través del horizonte



el lucero se apagaba en rocío

a la hora en que tocaba yo

la seda virgen de la aurora

mientras los portones del este

encendían el teatro



miraba el cielo conociendo sus dentros

colocando mi ojo en infinito



el alba

una escalada

quemaba mi sangre en sus candiles



vieras el campo dando a luz

sus pastos y gorriones



y en la mañana ya

caminar por esas rompientes de rocío

que nos bañan las ingles



agua y luz mixturadas

con los críos del cielo

esos pájaros

que las tropillas secuestran en sus grupas



hace años creí que su amor me llegaba

en campos y animales



que la naturaleza me era propia



en esas mojaduras se me hacía

que mi destino

trataba con el trigo

de invadir los espacios



no quiero ahora recordar

que me desalojaron

no quiero pensar en los destierros



en esas lejanías privadas

donde los hombres se hundieron



quiero sólo recordar

aquella mi primera comunión de centauro

en la planicie atenta



galopaba los campos anegados de trébol

con aquel parejero

donde los atolones de hormigas y cardos

peleaban por la propia



en aquella pampa que se toma milenios

en la preparación de alguna huella

y deja su herradura en los soles pisoteados



galopaba pues



detrás del horizonte

yo mi caballo y más nadie



los corcovos

que removían el pasado

desde el cabeza amarga y baigorrita

hasta boleadas en el zapallar y en melincué

(toda una historia)



el bellaco quería desmontarme



yo me aferraba sus crines

prendido a lo chuncaco



el zaino removía su oreja

al ver a sus laderos

imprudentes madrinas

baguales a pura dentellada



yo sentía como sienten los pastos

a lo ancho

entre coces y sudores y llamaradas del pelo zaino

que amenazaban propagarse



patas que rompían las luces en el lodo

velay los fletes

con sus coces sanguíneas

la línea de sus cuellos en disturbio



galope caballo galope caballo

caballo caballo caballo



en la carrera

toda la tierra me cascoteaba con insectos

hasta llegar

donde termina la lluvia

y bajo lo grueso del arco iris



donde las mariposas me esperaban

para salir al aire



y el viboreo

las costaladas

el rodar ente los sorgos



caímos en medio de abrojos

en mitad de sus estrellas ásperas



un destello borgoña en los ijares

mi caballo

sus tendones en oleadas nerviosas

cuando de pie otra vez

salvábamos la rosa de los vientos



no desmintió su sangre

hundiendo el casco en el último empaque



corazón de caballo

corazón el mío

dos puntos hacia los universales desfondados



un caballo un caballo un caballo.





ix



pero hay que ver al hombre sobre su distancia

protegido por el acrílico de la noche



el hombre transparente

parado sobre la pampa



traspasadas su venas

por la extensión

y su intención de libertad



nadie sabe aún

lo que en la pampa se resuelve



eso que termina

por estar más en nosotros que en ella





el lado abierto para que los truenos

rueden hacia el mar



el coral abierto para que los potros

chospen con el frío



el espacio abierto para que el hombre

gane su libertad









Como Uds. advertirán, no hay conclusión posible.



Mónica Muñoz





Citas

1-Un Género culpable. La práctica del ensayo: entredichos, preferencias e intromisiones. Eduardo Grüner. Homo Sapiens Ediciones.1996

2- 4 -Rizoma – Gilles Deleuze, Féliz Guattari. Ediciones Coyoacán-1994

3- 5 - Usos de la literatura– Nicolas Rosa-tirant los blanch libros-Universidad de Valencia -1999.-

6- Interpretación y sobreinterpretación – Humberto Eco – Cambridge University Press -1995

7-8-Reseña de Venado Tuerto- Eduardo E. Huhn-Imprenta Amorortu -1933

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