Colores

Colores
Molina Campos

O Mostrengo

OLGA OROZCO:

"Para nadie la culpa ni para mí el castigo."

(Himno de alabanza.)

martes, 7 de diciembre de 2010

LA NOVELA DE VIERNES SCARDULLA

“Verdades que de puro hondas
engañan más que mentiras”.

Editorial Ciudad Gótica tiene el agrado de
invitarte a la presentación de la novela

El tesoro de Viernes

De Fabián Vernetti

Presentan:

Abel Pistrito y Sergio Gioacchini

 
Viernes 10 de Diciembre – 20:30 Hs.
S a l a C a s t a l i a
Biblioteca Popular Florentino Ameghino
En el año de su 90°aniversario
Entrada Libre y Gratuita

Basada en un vasto trabajo de investigación histórica sobre Viernes Scardulla y el tesoro del virrey Sobremonte, la novela “El Tesoro de Viernes” persigue con pasión los mismos interrogantes que supieron desvelar al país y que aún permanecían sin respuesta: ¿Qué sucedió realmente? ¿Cuál es la verdad oculta tras el mito y la leyenda?



El 4 de agosto de 1938, en la oficina de Defraudaciones y Estafas de la Policía de Capital Federal, un campesino denuncia al Senado de la Nación por haberle robado el tesoro que había encontrado en las cercanías de la ciudad de Pergamino. La existencia de testigos, la misteriosa muerte de uno de los acusados y la aparición de un antiguo anillo, hizo que la noticia rápidamente agotara las ediciones de los grandes diarios y mantuviera en vilo al país, quién contuvo la respiración esperando el desenlace de la cautivante historia.

Viernes Scardulla y el tesoro del virrey Sobremonte, el Senado de la Nación, el Diario Crítica y su excéntrico director Natalio Botana, la mafia, el asesinato de Bordabehere, el secuestro de Andueza, la Máquina del Movimiento Continuo, el Pibe Cabeza, el Inspector Viancarlos y hasta Pancho Sierra confluyen en una trama de poderosas intrigas que culmina en Venado Tuerto, el lugar donde radica la respuesta a tantos enigmas.

A través de una historia real que supo desnudar las debilidades de un sistema jactante de orden y control, Viernes Scardulla vuelve para reclamar su lugar en la mitología nacional.

El autor:

Fabián Vernetti nació en Venado Tuerto, Santa Fe, en 1963.

En 1981, durante la dictadura, participó de la revista estudiantil Portento y de la fundación de LUZ - Movimiento pro-arte y cultura, que agrupó la actividad artística independiente en la lucha contra la censura y el activismo por los Derechos Humanos.

En 1984 ingresa junto a un grupo de amigos a la Biblioteca Popular Florentino Ameghino (“La Biblio”), y en 1990 fundan la Facultad Libre de Venado Tuerto; ambas experiencias constituyeron un movimiento cultural singular que trascendería los límites de la provincia. Posteriormente fundarían el espacio Babel, el primer Café Literario y salón de exposiciones, que permaneció abierto 13 años.

Fue co-editor de las revistas culturales La Biblio, A partir de cero, y El Galpón, y a partir de 1997 fundador, director adjunto y director del Mensuario de Cultura Lote (lo que nos tocó en suerte), que llego a editar 121 números y fue merecedora de numerosos reconocimientos, entre los que se destacan su inclusión en el catálogo internacional de las mejores 100 revistas de cultura de la historia Argentina y el Premio Julio Cortázar a la Mejor Revista de Cultura Independiente Argentina 2005, otorgado por la Cámara Argentina del Libro.

También fue co-editor y director de la revista de investigación y humor El Entuerto (lo que nos tocó en desgracia).

Desde 2001 es militante político. Actualmente se desempeña como Concejal.

La novela El tesoro de Viernes recibió en el año 2006 el tercer premio en el Certamen Nacional de Literatura de la Municipalidad de San Martín, cuyo jurado estuvo integrado por los escritores María Rosa Lojo, Marta Braier y Agustín Romano.
Biblioteca Popular Florentino Ameghino
Venado Tuerto
Juan B. Justo 42
(03462) 420986

domingo, 5 de diciembre de 2010

VentanAlas - Nueva Muestra de Juliana Orihuela

"Durante años trabajé frente al gran edificio Alas.

Siempre lo contemplaba, pues maravilla su imponente porte.
La mole de cemento.
Un día, durante una manifestación, empecé a descubrir a los 'habitantes' del edificio.
Y una vez que tomé (robé) la primera foto, no pude parar.
Siempre que aparecía una personita, ahí iba mi indiscreta cámara,
a perpetuar esos momentos de movimiento y vida entre tanta quietud gris."

Juliana Orihuela

sábado, 27 de noviembre de 2010

La cultura icónica

por Santiago Ferreyra.



Los libros van a desaparecer, como los dinosaurios, los libros van a desaparecer. El New York Times ya anunció que deja de salir en formato papel. Lo que significa que en un plazo no muy extenso habrá de desaparecer la literatura en papel, lo que quizá salve la vida de algunos árboles. Desde este punto de vista la aparición de Internet es ecológicamente beneficiosa. En fin, lo cierto es que la desaparición del papel en la literatura, lo auguro, es inminente. Quizás exagere, pero no creo que pasen más de diez o veinte años.


Una de las consecuencias de la desaparición de la literatura papel, o más exáctamente, del papel como instrumento escriturario, es la desaparición de la forma de escritura a mano. Uno de los indicios de esto es que hoy, en la Argentina, los niños aprenden primero a escribir con la antiguamente llamada “letra imprenta”, antes que con cursiva. Exáctamente al revés de lo que ocurría hace menos de cincuenta años. Esto se debe a que debemos aprender a reconocer antes que nada la letra de molde porque es el medio por el cual la tecnología se ha venido comunicando en este mismo período, lo que, a su vez, facilita nuestra propia comunicación con la sociedad. Antes, la imposibilidad de contar con medios técnicos adecuados para la comunicación entre los individuos, hacía que estos tuvieran que escribir en letra cursiva y sobre papel. La aparición del teclado dactilográfico y, posteriormente, la proliferación y desarrollo de la computación (hoy quien sea incapaz de usar un teclado es una especie de analfabeto cibernético) han herido de muerte a la escritura manuscrita. A lo sumo, reducida a un grupo de esnobs paquidérmicos que se les ocurra escribir con pluma digital. De hecho, cualquier niño usa el teclado con una velocidad y destreza inconcebibles para nosotros, hijos de las aburridas clases de mecanografía. Es como si los jóvenes pudieran intuir la disposición de las letras sobre el teclado, una especie de conocimiento atávico adquirido por la humanidad a través de tantos años de tediosa práctica. Si a esto le sumamos las nuevas tecnologías, capaces de proyectar en el aire teclados tridimensionales, o los programas que permiten dictarle a las computadoras como si fueran amanuenses (lo que implica además la desaparición del mito de la secretaria sentada en las rodillas del jefe), entonces es probable que hasta la propia escritura tienda a desaparecer, la dactilográfica me refiero. Hoy en día uno puede adquirir en cualquier tienda de electrodomésticos, incluso en una pequeña ciudad perdida en las llanuras pampeanas como ésta, una notebook a la que puede controlar a través de órdenes sonoras. Yo mismo lo he probado en ésta que ahora estoy escribiendo y funciona con aceptable precisión, sospecho que existen programas más sofisticados que éste estándar que viene con la máquina. Por lo que estimo que un plazo más o menos breve, aunque mayor al de la desaparición de la capacidad de manuscribir, habrá de desaparecer también el teclado, salvo, quizá, la necesidad de intimidad para que otros no se enteren de lo que estamos escribiendo.

¿Se habrá llegado así a un narrador puro, absoluto, de ascepcia total? ¿Un escritor al que no lo distraerá ni el rasguido de la pluma contra el papel ni el traqueteo de las teclas al ser golpeadas? Si algo así sucede, podrá estar sólo con su voz, y esto también puede ser terrible. A Nietzsche le parecía deplorable que Goethe dictara sus obras, Ray Bradbury confiesa haberle dictado a su hija por teléfono algunos de sus cuentos, muchos escritores graban sus ideas que luego trasladan al papel, tal vez la poesía esté volviendo a la oralidad.

Que nadie se sorprenda, así como en su momento se dejó escribir sobre arcilla, pronto la escritura sólo se concebirá como dictado a una máquina. Esto que estoy haciendo ahora, y me refiero tanto a escribir con tinta sobre papel cuanto a presionar las teclas de un teclado, dejará de ser necesario.

No se me escapa que pueden responderme que nunca se han publicado tantos libros como hoy día, pero yo creo que es la mejoría antes de la muerte. La Era Gutenberg, como le dio en llamar Vila Matas, se está hundiendo en medio de una desenfrenada orgía de papel impiadosamente arrojado a las llamas de la vanidad humana. Digo, el noventa por ciento de lo que se escribe es pura basura, tanto lo que se escribe en papel como lo que se escribe en internet. Pero ésta última tiene una ventaja, es gratis. La calificación de literatura chatarra incluye especialmente a la mayoría de los autores consagrados, en la misma proporción. En consecuencia, el anacrónico ejercicio de publicar un libro en papel es hoy una impudicia rayana en la perversión.

Esto importa un inevitable cambio en la Literatura, un cambio tan profundo y radical que habrá de tornarla irreconocible. La literatura se habrá convertido en otra cosa. De hecho, uno de los principales diarios de Argentina, La Nación, dedicó uno de sus suplementos culturales a las nuevas formas literarias dentro del límite de los ciento cuarenta caracteres que permite Twitter.

Algo de esta metamorfosis, pero vinculada al plano de los poético, se puede encontrar en el pensamiento de Agustín Fernández Mallo. La irrupción de lo virtual abrió el huevo de la crisálida. Todas las formas en una plenitud democrática de valores, las redes se extienden horizontalmente entre los hombres, un nuevo modo de vincularse poniendo en pie de igualdad a todas las categorías estéticas. Llevar la poesía, o lo poético, a un máximo de referencia, al agotamiento de lo poético en lo poético. Si el mundo para el poeta es una poesía, uno puede tomar cualquier tramo de él que siempre será poesía; podrá tomar lo que sea de cualquier lado que tendrá siempre un profundo valor poético. Ya Marechal anunciaba en Adán Buenosayres que era posible cualquier forma de combinación de palabras, sin que el resultado dejara de tener sentido. ¿Es necesario que recuerde la bibiloteca infinita de Borges? Hoy, en el imperio total del sentido, el la proliferación absoluta del sentido, en el reino de la interpretación, llegamos al éxtasis del goce estético multiplicado hasta la inmanencia total, hasta la conformación ontológica de lo estético.

Se trata, en suma, de un proceso de democratización absoluta de todas las interacciones, la progresiva desaparción total de las relaciones de subordinación, que suponen un orden piramidal de todas las formas, son reemplazadas de las relaciones de “coordinación”. Relaciones establecidas en función de los intereses comunes en un momento dado, en un ámbito de encuentro en el que pone a mano todas las herramientas, la ecualización posible y real de los canales de información. Algo de esto se puede encontrar en el pensamiento de Baricco, bajo cierto tufillo decadentista.

Hoy, una chica o un muchacho de secundaria tiene acceso a una multiplicidad de información, proveniente de distintos actores de la red, mucho más diversa y más directa que los canales tradicionales de información. Del mismo modo sucede en el plano de la literatura, lo que abre un mundo de posibilidades creativas aún inexplorado. Uno puede visitar blogs donde se publican excelentes poesías de autores absolutamente desconocidos, cuyo flujo creativo alcanzó horizontes increíbles sirviéndose de las nuevas formas que permiten la tecnología. Unos más u otros menos, pero todos hemos recibido presentaciones de Power Point, de anónimos autores, en los que se combinan como una nueva forma de manifestación estética, por ejemplo, poemas de Benedetti, imágenes de fondo de paisajes paradisíacos y alguna música new age. Una expresión de arte berreta, es cierto, pero como dijimos antes, también es una porquería la mayoría de lo que se publica por los grandes grupos editoriales. Después de todo no estamos juzgando la calidad de las manifestaciones estéticas.

Otra de las características de estas nuevas formas de arte es la velocidad y facilidad con la que puede transmitirse, una especie de virus estético imparable que se expande en todas las direcciones. Las redes sociales les dan tanto poder democrático a los usuarios y abre tantos campos creativos que regímenes seudodemocráticos, como el de los EE.UU., están dictando leyes que les autorice a espiarlos y controlar las redes. ¡A ver si a la gente se le ocurre querer ser libre en serio!

Pero dejemos la política y volvamos a las letras. Hoy nos damos cuentas de que eso a lo que llamamos Literatura no es un corpus estático, invariable, siempre igual a sí mismo. Se trata de un monstruo ubicuo, cambiante, dinámico, capaz de asumir las más variadas formas, porque, como lo saben bien los chinos, sólo hay mutaciones. Hay algo que convierte a una obra en literaria, aunque no sepamos qué es. En el fondo, no es más que un tema de reconocimiento. Si le dieramos de leer “En la masmédula” a un bardo del siglo XII, seguramente no leería poesía. Ese mismo libro lo reconocemos hoy como una de las experiencias poéticas más profundas a las que llegó el siglo XX. Así tampoco acertamos hoy a darnos cuenta de la magnitud del cambio que se avecina.

La metamorfosis de la poesía, su mutación metafísica, la variación ontológica de lo poético, la cosa en sí de esa expresión estética a la que damos hoy en nombre de poesía está abriendo la crisálida desde adentro, pronto irrumpirá un ser distinto, que de arrastrarse por el fango se elevará con alas multicolores a los cielos. A estas alturas creo innecesario advertir que literatura y poesía son, a los fines que persigo, términos equivalentes.

El cambio no está por comenzar, la metamorfosis ya empezó. La literatura tradicional se debate ya en sus finales estertores, aunque no querramos admitirlo. Está perdiendo cada vez más seguidores. Prueba de ello es que los grandes grupos editoriales, para mantener su negocio vivo publican más y más basura. Así como existe la “comida chatarra”, el “cine pochoclero”, y todos sabemos perféctamente a qué me estoy refiriendo, hay también una “literatura basura”, a la que suele dársele también el nombre de inglés de “best seller”, aunque el concepto que propongo excede con mucho tal categoría. Dentro de la clasificación, arbitraria, por cierto, como toda clasificación que se precie, se encuentran no sólo aquellos libros que se venden mucho (sin olvidar que hay “best sellers”, que son verdaderas obras de arte, como el Quijote, Mafalda o Cien años de soledad), sino la enorme masa de libros publicados por editoriales alternativas, cuyas ediciones son costeadas por los propios autores. Estas pequeñas editoriales, diminutos pornoshops de la literatura que impúdicamente inundan las librerías con libros que jamás nadie va a comprar, sobreviven gracias a estas tiradas desde cien ejemplares, que les cuestan a sus autores un tanto más de los cargos de impresión y armado del libro, con cero trabajo editorial, sin correctores y cuyo único fin es permitirle al autor el onanístico goce de vanagloriarse ante su familia y amigos. Actualmente hay incluso editoriales en la red que ofrecen el sistema impresión a pedido, también llamado POD (print on demand). Esta proliferación del libro hasta el absurdo, no marca una resurrección sino que indica su próxima desaparición.

Y ya que hablamos de muerte, recuerdo que hace un par de años asistí a un debate que organizaba la extinta editorial Interzona en la Boutique del Libro de Palermo, hubo ahí dos posiciones contrapuestas respecto de la supervivencia del libro tradicional. Contra la esceptica posición de Fogwill, Leonora Djament –cuya frágil imagen evoca en mí, ignoro por qué, la figura de Santa Teresa de Jesús– le auguraba un venturoso futuro para el libro papel (y, en consecuencia, para la Literatura). Aunque no lo quise aceptar en ese momento, supe entonces que lo que solemos llamar pomposamente “Literatura”, al menos en la Argentina, es un pesado dinosaurio que se está devorando a sí mismo. Hoy se escribe para un grupo de aduladores, se escribe para ser admirado o comprado, para vanagloriarse frente a otros autistas que no dejan de mirarse el ombligo. Hoy se escribe mucho y se lee poco. La literatura argentina de hoy llega hasta la General Paz, y como siempre, está más atenta a lo que pasa en Barcelona, París o Frankfort, que a lo que sucede en Mendoza o Viedma. Lo cual no deja de ser lógico, puesto que en el interior somos medio analfabetos. “¿Será posible?”, recuerdo que pensé aquella noche, sin imaginar que a Fogwill le quedaban apenas dos años de vida, “¡Esta santa mujer no ha oído aún en su bosque que la Literatura ha muerto!”

Claro que la desaparición del libro papel no es la única responsable de la muerte de la Literatura, también han contribuido con fervor, entre otras circunstancias, la irrupción de los agentes literarios; las multinacionales de la literatura, monstruo bicéfalo: una cabeza de autor de best sellers, otra de grupo editorial; la cultura icónica encarnada por Windows, que es quizá su peor enemigo; el acceso masivo a programas multimedios fáciles de usar para el publico en general y que permiten el desarrollo sencillo de otras formas de expresión estética, etcétera.

Decía que las editoriales publican cada día más porquería, y cada vez dependen más de ferias, presentaciones, escándalo, aparato publicitario, etcétera, es decir, dependen cada vez más de todo ese circo de críticos incapaces y autores mediáticos, que poco y nada tiene que ver con la literatura. Los grandes grupos editoriales están dirigidos por tipos que nada saben de literatura, sino que saben del negocio. Las editoriales menores, que la juegan de contraculturales, under, o, como se les suele mal llamar, independientes, generalmente se solventan con un catálogo de escritores clásicos por los que no hay que pagar derechos de autor, aunque si tienen que hacerlo prefieren causar admiración poniendo la vista en lo que tienen que oblar para traducir alguna obra, preferentemente, del francés. En el plano local, estas pequeñas editoriales se sostienen con los autores que pagan sus propias obras y con un círculo de selectora seguidores, especie inteligentzia cultural convencida de dar la medida de la literatura.

Hace poco más de cien años, Federico Nietzsche anunciaba la transvaloración de todos los valores, a través de un hombre que se colocaba más allá del bien y del mal. La irrupción de la internet y sus derivados viene a confirmar tal predicción. La muerte de la litertura tradicional es apenas un ensayo de lo que viene. Seguramente Pablo Coelho recibe más visitas en su página oficial y es más leido en su blog, que la gente que compra sus libros. Como Coelho, ninguna de las mega estrellas de la literatura, puede prescindir hoy de un web site, blog o algo por el estilo. Hasta los técnicos del fútbol tienen el suyo propio, o un perfil en facebook o twitter.

Esto ha provocado el acortamiento de los textos literarios, por la conjunción de distintos factores: los límites de memoria de las redes sociales; la facilidad para compartir imágenes, audio o películas; la multiplicación de las ofertas de entretenimiento, culturales o estéticas; la velocidad de la vida cotidiana; la aparición de los mensajes de texto en los celulares y del chat, que cambia el tono, el ritmo de las frases y genera cierta necesidad de síntesis.

Pero el golpe final, la puñalada al corazón de la Literatura tracional, está dada por la irrupción de la cultura icónica, cuyo principal representante es, como anticipé, Windows, y su consiguiente cambio en el paradigma de la alfabetización. Hoy no se necesita saber leer y escribir para operar una computadora, y en consecuencia estar conectado al mundo. Un niño de cuatro años, que aún no reconoce las letras, es capaz de operar una computadora. La cultura icónica pronto hará innecesario saber leer.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Invitación

Diálogos Clínicos


Transmisión e Investigación del Psicoanálisis en Venado Tuerto

Apuntes sobre la creación poetica

Hay una palabra por venir. No habita el diccionario. Existe en el espíritu del poeta. Opera como llave, como cielo, o mar, horizonte y desvelo.

Labora silenciosa entre las multitudes. Se hace imagen para desaparecer al instante. Nos persigue. Nos acosa. Nos desvela. Pide clemencia.

Nos desea

Mónica Muñoz

23 de noviembre – 21 horas
E.E.MEDIA 206 – (ex Escuela Normal)
dialogosclinicos.blogspot.com

Consultas recomendadas

Nivel de comunicaciones
Comunicación: cursos, servicios, etc.
Comunicación Celular
Formación

domingo, 7 de noviembre de 2010

Palabras de Marcelo Sevilla en la presentación del libro de Walter Abaca "Pero nadie contestó y otros relatos..."


“Dentro de la cultura africana, hay un grupo que se denomina Dogon. Cuentan que todos los hombres de esa cultura dogon, tienen un secreto íntimo, absolutamente privado, que no le cuentan a nadie, ni a sus hijos. Un secreto que nadie jamás logrará develar y que se llevan a la tumba. Ese secreto es su nombre… todos los hombres dogon tienen un secreto, que es su verdadero nombre, que ellos mismos se ponen y que nadie más conoce. Y después usan otros “falsos” para la comunicación pública y la conversación. Por guardar tan celosamente este secreto, denuncian, sin quererlo, que al mundo siempre le falta algo, le falta por lo menos una serie de “nombres” que tan sólo los otros pueden imaginar o construir”.


En ese juego estamos: cuando construimos o refundamos un relato, un cuento, y participamos de este juego: el de sentir que al mundo –al menos a este mundo- le faltan cosas y nosotros podemos soñar nuevos nombres para el misterio.

Es fácil encontrar en el libro de Wally, esos relatos cálidos, el romanticismo de “Juan, el chato”, que cortó campo una mañana; O Catalina o Anita la lisa y las tetas de dios, reventando (y perpetua, nuestra “cierta curiosidad por las tetas”), o algo tan familiar como un bebedor empedernido (“gente asidua a la bebida por diferentes motivos o causas”) o el borracho trajeado. El cantante enamorado de los “Utópicos Primavera”: esa… banda.

Pero, quisiera, si ustedes me lo permiten, abordar esta presentación desde otro lugar. Entrar por otra puerta, para detenernos, frente a un muchacho -venadense esta vez- que escribe, y que –además- edita un libro. Que ejecuta un profundo acto de poder.

Y detenernos ahí, en este ahí de esta manera de ser: manera de ser en la podemos –si tenemos un poquito de ganas- rastrear algunas huellas. Y traerlas. Y donde podemos encontrar una continuidad. Y si miramos alrededor, podemos decir, hasta geográfica.

Hay, si nos interesa, un gesto poderoso: El gesto de, poner, tender delante, reunir.

Y en ese recorrido, los nombres propios, por ahí, se desfiguran, afortunadamente.

Hay, como voces, que lo explican mejor. Son voces que –si cerramos los ojos un instante- empezarían a aturdirnos desde los pasillos.

Y a esa pequeña fogata, quisiera re vincular.

Primero, por la maravilla que cualquier hecho poético supone, en medio de tanto disparate. En medio de esta vida sin calidad que constituye lo esencial de la trama social. Este desencantamiento con la vida cotidiana. Un mundo que no permite que las cosas resplandezcan en su plenitud, comenzando por nosotros mismos. Donde hemos confirmado que nada lleva a ninguna parte. Y “sin cielo, porque ya no hay ningún lugar donde apoyar la cabeza”.

Las abejas hacen algo perfecto que es el panal. El problema es que no pueden dejar de hacerlo. Los seres humanos podemos dejar de hacer lo que presuntamente estamos destinados a hacer.

En un libro, hay un decir. Y Lo dicho, muchas veces, está sostenido por eso no dicho, como si fuera su sombra. Y la sombra que merodea por acá, son los días y las noches, donde un hábitat de peregrinos bibliotecarios rondaban y roncaban.

Hubo una reunión de resistencia. Una zaga que permanece en el brutal acto de narrar o de editar un libro.

Fui testigo. Sentíamos –sigo sintiendo- que a la existencia que nos ha sido dada, había –hay- que dotarla de vida. Por entonces la llamábamos “la vida de la vida”.

“Nuestro inconfesado orgullo era carecer de una profesión… no leíamos ni estudiábamos para tener un título, ni para tener antecedentes, ni publicábamos para ganar plata. Lo que estaba puesto en juego eran necesidades vitales vertiginosas”.

Una desobediencia, no civil. Podríamos llamarla una desobediencia familiar. Una renuncia al sometimiento que imponen los ritmos sociales.

Una ínfima utopía, pero Sin idea de victoria como último momento. Sin paraíso allá. Verdes, en el sentido de Gombrowicz: inmaduros, infantiles. “Cainistas”, que llevan la marca de Caín. Gente que uno reconoce por la mirada, que no ensambla fácil en el “engranaje”, que tiene alguna observación que hacer sobre “eso” que las pantallas cotidianas se muestran como “lo real”.

Algo no tan enorme como una revolución, pero tampoco tan chiquito como “una manifestación por Fibertel”.

Una tentativa de tipos débiles, Vulnerables. Que no querían ni defenderse, ni derrocar, ni combatir, simplemente “no”: Un “no” de afirmación. No darle todo o tanto a la máquina. Un infinito no-esto

“De todo quedó un poco.
De mi miedo. De tu asco.
De los gritos reiterados. De la rosa
quedó un poco. Quedó un poco de luz
captada en el sombrero.
En los ojos del rufián
de ternura quedó un poco
(muy poco).”

Esa sombra permanece. No guardada en ninguna parte. Perdida, diseminada por ahí. Hoy reencontrada. Así, sin ninguna nostalgia. Sin ninguna moraleja, sin ninguna conclusión. Y (que me perdone el señor Facultad libre) sin propietarios, porque fue –antes que nada- una expresión colectiva.

“Pasamos media vida mirando hacia allá, imaginando. Tanto que nos parece que ya nos hemos ido.

Y un día, al alzar los ojos, estamos aún en el mismo sitio. Acostumbradamente se cruzan nuestros trenes y cada instante es una despedida.

... Y nosotros… respiramos bien fuerte y nos sacudimos el polvo cantando. Cantando al azar. Porque nada está colmado, porque aún no hemos llegado a ningún sitio.

(Tampoco llegaremos luego, ni nunca; pero nos parecerá que sí). Y podemos hacer mucho ruido para que todos sepan que estamos aquí todavía.

No se trata de intentar hacer eterno el tiempo. De intentar guardarse unas horas que sólo son para que hayamos sabido irlas viviendo y soltando mientras pasaban intensas y redondas. Que no valen por ellas mismas sino por lo que nos han enseñado al beberlas.

Pero sí es tiempo de mirar alrededor haciendo un recuento como después de una hermosa cosecha, y sentir alegre el corazón porque es todo nuestro aunque lo dejemos aquí, aunque vengan los demás a quitarnos el sitio, ese pequeño sitio.

Si sabemos marcharnos diciendo: "Hasta mañana", nos quedaremos para siempre y nos lo llevaremos todo en nosotros”.

sábado, 23 de octubre de 2010

Sentido Común

Escrito hallado en el bolsillo de un hombre muerto por su propia mano.

nunca me volveré loco

razonaré siempre cada palabra
no diré
por ejemplo
rojamente verde abanicando
ni clamor inorgánico
claro que mediré mis actos
seré ordenado cuerdo pulcro
un modelo de rectitud
me esforzaré en ser coherente

observaré al detalle las normas sociales
no insultaré
no mentiré
y tendré una actitud lógica y consecuente

seré comprensivo
pero firme en mis convicciones
exigente en mis derechos
cauto en mis apreciaciones

cumpliré con mis obligaciones
asumiré mis responsabilidades
y nunca llegaré tarde

jamás perderé la razón
no permitiré que el vino nuble mis pensamientos
que la ira me gane
que el frenesí me posea
que la pasión me ciege


jueves, 14 de octubre de 2010

Anika, poemario de Mónica Muñoz y El vecino, de Elsa Pfleiderer en la Feria Frankfort.

A través de la exquisita poesía de Mónica Muñoz y de la notable pluma de Elsa Pleiderer, cuyos libros estuvieron en el stand argentino de la mayor feria del libro del mundo, este año dedicada a nuestro país, el arte y la literatura de la pampa húmeda estuvo también presente en tan importante evento. ¡Felicitaciones amigas! ¡Venadenses, a leer!



sábado, 4 de septiembre de 2010

zmnflg y otros poemas

Árboles no


hilos de alegría
Laten

Agujeros negros
de nadie

recuerdos,
imposibles

,

tus bordes
Corridos

calles
Tu narìz

infinitos
de ninguna hoja

Alivios soles
Florecen

tu cintura
ilumina

,

el punto
aloja

Corazón descalzo

Corazón descalzo
de naranja jarana

hombre jungla
de felicidad amarilla


Corazón descalzo
De Cabellos de hielo

hombre jungla
de rasgada oscuridad

sin encontrarnos
en el cactus de Gustavo

teatro no
te atrono

Lóbulo

Señales, garantías, conjeturas

Clarice
Hazte mar
Olvida las ventanas
No eres más que eso
Alívianos más

Otra vez
Hazte
capa negra
Sombrero, Dalí
Pétalo violeta
Codo

Hazte mar
Bajo el que conocemos

zmnflg


Emes a la plancha

Rozar efes como para sacar unas pocas chispas
Toser ciertas eles

Comer de su voz

Enes con sabor a zetas
Enes enzetadas

Aroma a Jotas
Ges Imán

en el lugar de siempre

por Mario Zimotti

sábado, 28 de agosto de 2010

Palabras de Mónica Muñoz en la presentación de El Vecino, de Elsa Pfleiderer

Buenas noches.

Comenzaré mis palabras de hoy con el fragmento inicial de una de las mejores páginas escritas en la historia de América, me refiero a NUESTRA AMERICA, el potente artículo que José MARTÍ escribiera en enero de 1891.



Dice asi…

Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima,

ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos.

Trincheras de ideas valen más que trincheras

de piedra.

Este texto de Martí aparece publicado en México el 30 DE ENERO DE 1891



Venado tuerto fue fundada en 1884, aunque muchas veces me inclino a pensar cómo Borges en” Fundación Mítica de Buenos Aires”-

“ A mi se me hace cuento que empezó Buenos Aires: la juzgo tan eterna como el agua y el aire”

Los escritores somos –a veces- como los ladrones dibujados en ciertos cómics, tengo esta imagen: cara con antifaz, ojos remarcados, miradas expresivas – se ubican?

Bien, remonto la idea: los escritores somos a veces como los ladrones dibujados en los comics, que entran por altas ventanas, con increíbles peripecias y revuelven en todos los cajones y los roperos para encontrar la joya valiosa –que casi siempre se representa como un jugoso collar de perlas- y cuando la encuentran nos la muestran con cara de triunfo----



Los escritores revolvemos en la biblioteca universal, en la realidad, en la historia, vaciamos el closet siempre buscando nuestro collar de perlas. Somos ladrones ficcionales. Cuando escribimos desenlazamos el límite entre ficción y realidad y revolvemos, buscamos, prestamos oídos a nuestro escritor maldito interno, atravesamos el tiempo como si no tuviéramos más materia que la idea que perseguimos, vamos a oscuras con una linterna pequeñita pero más iluminadora que una lámpara de 200 watts. Y así vamos construyendo un relato literario.

O el relato nos precede y solo somos el cuerpo puesto para hacer la letra posible?....



Vayamos a la obra que nos convoca esta noche: El Vecino.Una memoria interdicta. Elsa trabajando afanosamente durante dos años y medio –los contados, se me ocurre que ya escribía desde antes de sentarse frente a su computadora- - para encontrar su collar de perlas. Y lo encontró, y nos lo muestra , lo pone en escena feliz, ha triunfado. Comparto con alegría su felicidad. Y podríamos dejar acá…pero, hay más…muchos más para decir de EL VECINO, como obra literaria.



Una de las líneas que vertebra este relato es LA HISTORIA, la que ha decir de Pigna : sigue en pie como fuente de sabiduría de la que siempre se puede aprender. La historia de Venado Tuerto, en nuestro caso. La escrita formalmente, la que anda por los corredores de boca en boca, la que encontramos en la tierra que no habla, pero si habla para aquellos interesados en oir.

Toda Historia está construída de arbitrariedades y omisiones.

” A decir de Nicolás Rosa: lo que se dice y lo que se escribe (pero también lo que se escucha) sólo puede definirse en función de lo que no puede decirse o escribirse en una sociedad determinada. Los tabúes y censuras discursivas marcan el lugar de los discursos pero también su exclusión…el discurso narrativo elabora retóricas para intentar salvar estos escollos”. Y así arribamos a la idea del enunciado de Elsa: memoria interdicta, susceptible de ser leída también como historia interdicta, entredicha, susurrada, que circula por los corredores, o en las sobremesas de domingo de antiguas familias,. Arribamos a esta idea, decía, no ya para explicar las ausencias en el texto de Hunn, sino para empezar a ubicar que el relato de Elsa, por ejemplo, como tantos otros, son las piezas ocultas que encontraron su modo de aparecer desplegadas, evitando de una vez y para siempre la tierra de las sombras.

Y pensar también, que nuestra historia argentina está hecha de arbitrariedades y omisiones, dolores callados, sangrantes que aún esperan en las sombras que alguien se atreva a contarlos. Lo que aumenta el valor de la obra de Elsa es que –con su laborioso rescate, laboriosidad quizás heredado del tesón de su abuelo Whilehm- logra poner en escena ante todos un fragmento desconocido de nuestra historia ciudadana.

Para ello, nuestra autora, debió recurrir por fuerza a la ficción. Historia y literatura. La literatura como motivación, como impulsión, todo deviene literatura, nos dice acertadamente Nicolas Rosa. En nuestro caso, la historia de Whilehm Pfleiderer y su familia, y todos los sucesos que posibilitaron el nacimiento de nuestra ciudad, devinieron literatura.

Y atravesando ambas ,Historia y literatura, lo literario, pero lo literario pensado en términos de insistencia, de discurso que siempre dice más que otros discursos.

Historia y ficción. Retomo estos conceptos que parecen contradictorios, no? Necesitados de ser autorizados para ser creíbles. En nuestro caso podemos ubicarnos para iluminar la cuestión en las experiencias de Jorge Semprún que cuenta en su libro LA ESCRITURA O LA VIDA. El autor español estuvo detenido en el campo de concentración alemán en Buchenwald hasta el final de la guerra. Cuando la guerra termina, en momentos en que llegó la desmovilización –y aún dentro del campo esperando para ser repatriado charla con otros acerca de: cómo transmitir la cruel experiencia vivida y ser escuchados, comprendidos.

-Hay que contar bien para ser escuchado. No lo conseguiremos sin algo de artificio, conjetura Semprún, el artefacto suficiente para que se vuelva arte! Como contar una historia poco creíble, como suscitar la imaginación de lo inimaginable si no es elaborando, trabajando la realidad, poniéndola en perspectiva? Pues, con un poco de artificio! El artificio de la obra de arte.

Y EN ESA CLAVE LLEGAMOS A El Vecino. Lo ficcional, lo artificial es necesario para contar la verdad esencial, transmitir la historia de la familia de Whilelm Pfleiderer, aquel inmigrante alemán, vecino de Hunn, que participó con toda su familia en la construcción de nuestra ciudad. Todo deviene literatura.

Para ir cerrando, felicito a Elsa Pfleiderer por la escritura de El Vecino y los invito a leerla, disfrutarla, hacerla circular.

Me iré como vine, con palabras de JOSE MARTÍ :

NO HAY PROA QUE TAJE UNA NUBE DE IDEAS.

por Móncia Muñoz.

domingo, 22 de agosto de 2010

El niño y el hombre

‘The Child is father of the Man’
Wordsworth

el niño es el padre del hombre
el niño es niño
y el padre sólo es padre
cuando nace el niño

el niño es el padre del padre
y sólo siendo niño
el hombre se hace hombre
y el padre se hace niño

el padre es el hijo del hombre
y el hombre es hijo del niño
el niño es el padre del hijo
y el hombre siempre es niño

por Carolina Weller
Poetisa argentina nacida en General Pico, actualmente reside en Junín. Ha escrito tres libros de poesía y dos novelas. Entre los primeros se destaca "El anochecer de los sueños" (Premio Nacional de Poesía 1989), su segunda novela "Espírtu indomable" (Ediciones del Toro, 2007), recibió un premio en México. Su temática, tanto en la novela como en la poesía, gira siempre en torno al alma masculina.

sábado, 7 de agosto de 2010

mi sombra que no cambia

mi sombra que no cambia
mi sombra que no envejece
no se le notan las arrugas al costado de los ojos
ni tiene los párpados caídos ni la papada floja
a esta hora del día
mi sombra es siempre igual
un contraste con la luz del sol
un azul profundo e irrepetible
mi propia forma en el vacío infinito
el oscuro presagio de lo que dejo de ser



mi sombra es siempre igual
incluso en la noche
cuando se disimula entre las otras sombras
cuando se pierde entre la luna clara y el naranjo blanco de azahares
cuando se disuelve instantánea tras el rayo y el refucilo


mi sombra no envejece
no le tiemblan las piernas ni se mancha la ropa
apenas si en ocasiones se pone un poco más delicada
un poco más mimosa
más ténue y transparente
como los cristales esfumados
o el vapor de la tierra virgen
a veces
cuando se disuelve en la pesada bruma del invierno
se le desdibujan los contornos
se le difuminan los límites
se hace una con la niebla dulcemente
y se deja acaraciar por ella
pero sólo a veces
Juan Ignacio Prola

domingo, 25 de julio de 2010

FANTASIA EN ESPAÑOL Y CATALAN

La perfección es una quimera. Y a las quimeras me gusta sazonarlas con un Malbec suave en una tarde desapacible. O tal vez junto a un piano, oyendo La Danza ritual del fuego. Y con el pecho agitado todavía por la música, buscar el sosiego en un estanque desbordado por tanta calma. O tal vez irme a las alturas para capturar el verde en su terquedad de invierno. Perseguir a los patos y su sempiterno vuelo hacia un ficticio horizonte vespertino. Me gustan las quimeras. Y por tal, disfruto del viento racheado que golpea el rostro y despierta conciencias. Mas también el sublime vibrar de un chelo llorando su bues de ensueño con el saxo tenor que llega al clímax.


© Juan José Mestre

FANTASIA (Traducción al Catalán de Pere Bessó)

La perfecció és una quimera. I les quimeres m'agrada assaonar-les amb un Malbec suau en una vesprada enutjosa. O potser junt a un piano, sentint La Dansa ritual del foc. I amb el pit agitat encara per la música, buscar el sossec en un estany desbordat per tanta calma. O potser anar-me'n a les altures per a capturar el verd en la seua tossuderia d'hivern. Perseguir els ànecs i el seu sempitern vol cap a un fictici horitzó vespertí. M'agraden les quimeres. I per això, gaudesc del vent rafegat que colpeja el rostre i desperta consciències. Però també el sublim vibrar d'un celo plorant el seu blues d'ensomni amb el saxo tenor que arriba al clímax.



domingo, 27 de junio de 2010

El abismo

Desde el más profundo de los abismos surge la crispación que me aferra a la vida. Desde el más profundo de los abismos surge la quietud que me mantiene allí, insomne y desvalido. La dicotomía interior llueve sobre la hierba y la reseca; un cordel que asfixia y que libera, dos extremos que unen la desazón con esta rebeldía inacabada. El abismo me atrapa o me redime. El ensueño no tiene entidad en esta encrucijada.

por Juanjo Mestre.

Kosteki y Santillán

El viernes 25 de Junio viajé a Rosario por asuntos personales. En una esquina, cerca de la facultad de Humanidades, unos jóvenes me dieron un volante en conmemoración de los ocho años de la "Masacre de Avellaneda". El volante de color rosado fuerte y letras negras traía una poesía dedicada a los hombres asesinados en aquella negra jornada, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Dos cosas me emocionaron: una, la de recordar a los camaradas muertos con poesía; otra, el conmovedor anonimato del autor.
En honor a estas dos infrecuentes emociones épicas, le pedí a el ojo partido autorización para reproducir el poema de autor desconocido en el blog.

...y Kosteki y Santillán
se murieron en Vietnam,
ya no están,
ya no están.


matar se mata matando
con desprecio o con pasión.
unos matan en las sombras,
otros para la televisión.


... y hubieron muertos
como hubieron vivos.
el cadáver,
el asesino.


matar se mata matando,
no importa después el castigo.
¿qué cambia si el asesino
es absuelto o condenado?


si Kosteki y Santillán
se murieron en Vietnam,
ya no están,
ya no están.
autor anónimo

domingo, 20 de junio de 2010

Homenaje de el ojo partido a José Saramago

"La muerte no me preocupa, me disolveré en la nada" . José Saramago



Na ilha por vezes habitada do que somos, há noites, manhãs e madrugadas em que não precisamos de morrer.


Então sabemos tudo do que foi e será.


O mundo aparece explicado definitivamente e entra em nós uma grande serenidade, e dizem-se as palavras que a significam.


Levantamos um punhado de terra e apertamo-la nas mãos. Com doçura.


Aí se contém toda a verdade suportável: o contorno, a vontade e os limites.


Podemos então dizer que somos livres, com a paz e o sorriso de quem se reconhece e viajou à roda do mundo infatigável, porque mordeu a alma até aos ossos dela.


Libertemos devagar a terra onde


acontecem milagres como a água, a pedra e a raiz.


Cada um de nós é por enquanto a vida.


Isso nos baste.




En la isla a veces habitada de lo que somos, hay noches, mañanas y madrugadas en que no necesitamos morir.


En ese momento sabemos todo lo que fue y será.


El mundo se nos aparece explicado definitivamente y entra en nosotros una gran serenidad, y se dicen las palabras que la significan.


Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las manos. Con dulzura.


Allí está toda la verdad soportable: el contorno, la voluntad y los límites.


Podemos en ese momento decir que somos libres, con la paz y con la sonrisa de quien se reconoce y viajó alrededor del mundo infatigable, porque mordió el alma hasta sus huesos.


Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros como el agua, la piedra y la raíz.


Cada uno de nosotros es en este momento la vida.


Que eso nos baste.

domingo, 13 de junio de 2010

ESPEJOS

por Dolores García.

La vista perdida de los mendigos sin
horizonte.
La calle angosta al final de la calle.
La visión terrenal de un viejo funcionario
ñoqui.
La dentadura postiza del mismo
funcionario.
El vendaval, terrible vendaval, que se ve
desde la azotea.
La cavidad a la que no le dan cabida.
El siniestro espéculo que no se deja mirar.
La sirvienta que atesora sus últimos
centavos.
Y esta agonía que ya ni puede pedir

limosnas…

Gabriel Zarich y Chiqui Ledesma

sábado, 15 de mayo de 2010

Formas de la eternidad

por Aldo Juan Zannone (*)

una


Tras la lluvia, el sol
y la brisa fresca.
¿No es así la eternidad?


El hombre no es el único
ser con alma.
Ni el alma
es lo único que tiene cuerpo.

Tras la lluvia, el sol
y los grillos roncos.
¿No es así la eternidad?


La tierra sabe de sí
y de nosotros.
Y nosotros
sólo podemos devenir.

Tras la lluvia, el sol,
que no es eterno.
¿No es así la eternidad?


otra

Una pared amarilla.
Una alfombra mullida.
El vértice de una cama.
El perfume a invierno
de una mañana.
Una vulva abierta y jugosa.
La felicidad de una música estridente.
Un camino de tierra,
largo y ancho, que atraviesa
un maizal.
El fervor de un partido de fútbol.
La lluvia interminable
de una noche a la intemperie.
La primera sonrisa de un niño
entre mis brazos.
Una pelota pesada
mojada por el rocío.
Los nervios previos a un examen.
El sabor del agua de mar.
El misterioso encuentro con el verso.
Todo eso,
en algún momento,
fue eterno.

(*) Aldo Juan Zannone es un poeta cordobés, profesor de lengua y literatura.

Continuidad

por Aldo Juan Zannone(*)


Hay una pared,

y en la pared
                   una puerta,
                   y tras la puerta
-que está abierta-
hay otro cuarto,
y en este cuarto
                   una mesa,
                   y tras la mesa
-con un candelabro-
hay una silla,
y en la silla
                  un poeta,
                  y tras el poeta
está el diablo.

sábado, 1 de mayo de 2010

Brutalmente

por Alejandro Adorno.

Aullando a la luna inmensa, descuidando los mundos descubiertos
Flotando en lo eterno de lo que existe entre lo que existe y lo que no existe.
Verdugo en mi hora de sacrificio busco rastros de delitos insatisfechos.
Un desequilibrio que se aprovecha aturdiendo el silencio pretendido,
Ahogando en sombras la débil niebla interna, densa de ganas, y de un solo deseo.
Prefiriendo heridas y evitando las más profundas, las mortales las inútiles.
Destrozando las colinas estáticas del amor, extendiendo entre valles turgentes la vida en un grito.
Vociferando…
Arrodillando, inclemente, la humildad andrajosa de mil muertes, para creer que existen
Jinete audaz de mi locura descubro el camino. Creo
La feroz encíclica de potestades eternas.
Entrando y saliendo. Puertas como bienvenidas, dulce extremo de las despedidas.
Causando miedo en las alturas crueles y evidentes del espíritu indomable.
Abrigando ideas de tantas razones y pensamientos.
Tratando, pudiendo…
Aguantando en sus embestidas las siniestras batallas internas de ángeles y demonios
Prófugo de la costumbre me entrego a tu exceso, nativa del viento
Absorto de sueños, perfecta te pinto y perfecta te despinto, te deshago y te rehago
Abierto, expuesto, terriblemente expuesto… Brutalmente

Itinerante

por Alejandro Adorno.

Sencillo en el lenguaje de las manos, modelo en el barro de este eco de voces,
las últimas, digo, las últimas desdichas de la caricia perdida y sin consuelo.
Resisto el intento, mas fuerte que mi alma, y hundo las manos en la espesa masa de mis sueños,
claro, así decubro...
Depierto las sombras en las formas inutiles y marco las huellas,
no preciso luz habiendo estrellas.
Perfecto! dirías..
Desecho el olvido, repujo en su morfología, toda la ciencia aplastada de las creencias.
Comprimo mi cuerpo y dejo que fluya la oculta distancia,
me acerco despacio tratando de evitar el temblor y tiemblo sin tiempo...
Pregono en la arcilla algún nombre, que no me sepa, el tuyo me lo guardo, mío.
De propiedad absoluta
De escultor itinerante...

miércoles, 24 de marzo de 2010

Estrofas sin poemas

por Alejandro Adorno (*)

Bajo el manto de tus miedos voy rodando como un sueño que me atrapa y no me deja…

Y si siento que es lo mismo que te rías,
no me partas con tu lágrima indeleble reflejada en cada cara.
Suerte y viento se me escapan y el desierto es mi camino,
sin oasis de mañanas,
sin la sombra del que puede y no se atreve.
No me animo a la palabra que termine y que lo acabe,
no por miedo,
por prudencia de ignorante que no habla.
Tal vez haya una salida, y mis manos no la escriban…
Tal vez haya un nuevo puente y mis pasos no lo crucen…
Será el viento un nuevo aliento, o tal vez solo miradas…
No me muevo con el ritmo de mi sombra,
ni me inquieto si la lluvia no me moja.
Voy rodando por el borde de mi abismo,
más profundo que la luz en cautiverio…
Voy rezando oraciones de uno mismo, pues mi Dios esta intranquilo
Los cañones apuntándole al destino,
van quemando como velas sin pabilo las historias de mil nombres tan valientes.
Voy de frente o de costado si conviene,
escondiendo los secretos tan sabidos, descubriendo que los mundos descubiertos son ignotos
tanto como el final del camino.
Variedad de situaciones,
Relaciones lastimosas,
Providencias renacidas en martirios.
Le respondo al soneto del dolor, con un grito desde el alma una prosa deficiente.
Me desdigo en cada letra,
pues lo escribo sin sentido y sin coherencia
y peor es que repito mis errores arrastrando mil estrofas sin poema.

(*) Arquitecto y poeta de Venado Tuerto.

sábado, 20 de marzo de 2010

Escritos de madrugada

por Andrea Soldini (*)
FIEBRE


Se impuso con la furia de una lluvia no esperada. Esas que son excusas para aislarse un poco del disturbio de trabajos obsesivos. La fiebre. Suceden entonces algunos días sin conciencia, como un paréntesis vacío. Algo sabe que no es porque si, sino deseado. Desear ese estado que ausenta. Si. Sueños Dionisíacos. Batallas desenfrenadas libradas al azar. Cuerpo que se deja vencer y se abandona sin horarios. No hay perdón. No hay culpas. No hay responsabilidad ni voluntad en juego. Transcurre esa pérdida de tiempo como un sacrificio que se otorga caprichosamente. Un regalo que se tira sin abrirlo a los pies del oferente. Adiós, me aletargo un poco más, un poco más… y vienen los santificados embriagados a lamerme las heridas, a dulcificarme… se llevan los atrapa sueños para que no los recuerde. Se quedan con esos misterios para que la razón no venga a oscurecerlos. Será quizá alguna vez el día que la embriaguez se despierte sin fiebre y atraviese el mundo de la infame lógica y devuelva rostros menos verdosos.

(*) Actriz, dramaturga, directora de teatro, poetisa de Venado Tuerto.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Silencio mayor

por Esteban Echeverría (*)



“Art. 1° - El Sr. de Sade será alojado en un local completamente aislado de modo que toda comunicación ya sea con el interior o con el exterior le sea prohibida, aún contra cualquier pretexto que invocase. Se tendrá especial cuidado de prohibirle todo uso de lápices, tinta, pluma y papel”.
Decreto del Ministro del Interior del 18 de octubre de 1810


uno

No voy a hablar de los poetas silenciados con la muerte, pero ellos estarán aquí.


Nada diré de aquellos callados a capa y espada, ni de los que el anatema enmudeció con furor y fervor religiosos,


pero ellos estarán presentes.


No abjuraré de aquellos malditos endemoniados, quienes por impertinentes y sacrílegos murieron con la boca cosida,


pero ellos estarán aquí.


Tampoco hablaré de aquellos cuyas lenguas fueron arrancadas, mientras el hierro candente les revolvía las entrañas,


pero ellos estarán presentes.


Nada diré de los que prefirieron el cepo al silencio, el potro a la delación, y sus gritos y sus lágrimas se desangraron arañando paredes sucias,


pero ellos estarán aquí.


Jamás mencionaré el nombre de aquellos cuyas ideas fueron llevadas al patíbulo, porque de ellos es el reino vacío del silencio,


pero ellos estarán presentes.


dos

Sólo habré de referirme a ti, a tu condena única y atroz; al único a quien de verdad se quiso acallar, pero su grito se escuchará por siempre más allá de las eras y de los hombres;


Sólo a ti, que te quitaron la palabra negándote el papel y la pluma, y tu voz perdura fuera de los muros de un hospicio impío;


Sólo a ti, el divino, más libre que todos tus pares, rama trunca, flor que jamás llegará a fruto, fruto prohibido y podrido.

Tú que estás más vivo que todos los muertos y eres más libre que todos los esclavos, pérfido hasta la perversidad,
tú estarás aquí.


Más presente que todos y ausente como ninguno, frigio y altivo en tu desnudez de animal salvaje, riegas con tu blanco esperma la fertilidad yerma de los que te condenaron al silencio mayor,
tú escribirás a través de mí.

(*) Poeta Argentino, nacido en Venado Tuerto en 1957.

viernes, 12 de marzo de 2010

Cascada de silencio

por Mario Zimotti (*)

Celo fan


El viento nos bautiza
Exagera su nada

Gotas
Néctar rojo

Ternura de la i y de la e,
Bowling


Amparo, copo rojos.

Suelas
Después tus piernas .

Ventana

Despertar en la mañana del sábado

Las partículas de polvo tragan la luz
muertas de sed
Rodean la ventana

Alguien que nunca las olvide!


Volando
 
Volando en un plastiquito de caja de pizza por el centro de la tierra

No se puede atender bien el celular


Me preguntan si toco poema
Les digo que sí,


Directo a la cascada de silencio

(*) Psicoanalista ,en relación a la música y a la escritura. Nacido en 1971 en Venado Tuerto, donde resido.Un libro publicado : "El territorio de las mujeres "  zimotti@hotmail.com

lunes, 22 de febrero de 2010

Dorado y blanco


Escribo en estas páginas doradas con letras doradas,



Escribo en la inmaculada blancura de estas páginas doradas, con letras de blancura inmaculada,


Escribo las doradas letras de las doradas páginas blancas, con la indeleble tinta blanca de mi pluma inmaculada,


Escribo los inmaculados versos de un blanco albo, en el esplendor dorado de su dimensión de oro,


Escribo los nombres dorados en las páginas doradas, cubiertas de dorada arena inasible, volátil como el tiempo de oro, arena blanca como la nada,


Escribo los verbos felices y blancos con la tinta alba en la inmaculada blancura de la página dorada,


Escribo siempre en el fulgor blanco de la metáfora dorada, y pinto de dorado lo dorado y guardo el resto para el blanco inmaculado,


Escribo, en fin, con blanco en lo blanco y con oro sobre dorado, y así se pierde en la nada la estela de lo que canto.

El autor

Goma Urbana

por Mónica Muñoz



El pie derecho el acelerador el ojo en el rojo urbano


expectante el ojo en las luces en las ventanas disparado en la noche


mira el corazón el desamparo durmiendo bajo los diarios el niño golpeando emociones con su mano de moneda el dolor atado al cinturón de seguridad


las manos en el volante luz verde que impulsa el sentido las ruedas quebrando hojas el pavimento extenso que se rotula real infinito hasta el cruce de calles aristas barradas por el blanco la línea amarilla carrilea se dispara del ojo pide un esfuerzo pero cómo como si la lluvia velada en la lágrima si el intenso corazón acelera fogoneado puesto en duda si la masa interna se vuelca en el freno impotente pegando la goma masticada plástica la lata el nylon en una marca indeleble bajo el ojo del guardián de calle de tránsitos que mira fluor y no ve.

colaboraciones

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2. un archivo de texto o formato word, de no más de 500 palabras,con los fundamentos que llevaron al artista a la realización de la obra que se envía para publicar.
3. Nombre, apellido y dirección en el cuerpo del mail.
Nota: Todas las colaboraciones son gratuitas.